ACTO CRIMINAL: El crimen como acto responde a una causalidad inconsciente y se podría considerar como síntoma, en la medida que da cuenta de un conflicto pulsional.

La repetición compulsiva de las acciones como un modo de gozar lleva no sólo al crimen del otro, sino en algunos casos a la propia muerte.

Enmascarar al crimen desde la responsabilidad del sujeto diferencia al psicoanálisis de la responsabilidad jurídica que utiliza la evaluación psicológica o psiquiátrica para establecer la culpabilidad o inocencia del acto criminal.

Así el psicoanálisis no acuerda con lo no imputable en tanto se borra el acto del sujeto y al sujeto mismo, tal el caso de Louis Althusser, sobreseído por la justicia pero no como sujeto, como él mismo lo dice en su libro autobiográfico “El porvenir es largo”, que escribe cinco años después del asesinato de su esposa Hèlène, donde quiere responder al vacío que le produce la ausencia de proceso, al “no ha lugar”.

El psicoanálisis es el que puede decir algo de la articulación entre la ley y el crimen.

La ley en su doble sentido como imperativo categórico, que lo liga al superyo como instancia que somete al sujeto a un ambiguo sentimiento de culpabilidad. Al tiempo que enmarca el crimen dentro de la estructura cerrada de la subjetividad.

Se entiende por responsabilidad del criminal, al reconocimiento del acto criminal.

“El acto criminal cambia a un sujeto de lugar” Un sujeto no es el mismo antes y después del acto. El caso Aimèe es un ejemplo.

Entonces está el crimen en donde hay una relación con lo Real de La Cosa. Si La Cosa está demasiado presente…

El crimen vendría a ser tomado como una ESTÉTICA DE LA TYCHE: encuentro con lo Real.

En relación con lo siniestro donde aparece lo que se encontraba desfigurado y oculto.

El crimen, exceso guardado en el detalle.

Muestra su Función de Escritura. De captación de lo Real.

Donde el sujeto tiene que venir a inscribirse en ese acto, a partir de lo que había sido desechado.

e-Mariposa-2016. Argentina.