En 1965, Lacan publica un texto titulado “Homenaje a Marguerite Duras, por el arrebato de Lol V. Stein”. En este texto afirma que “… la única ventaja que un psicoanalista tiene derecho a tomar por su posición, aunque le fuese reconocida como tal, es recordar con Freud que, en su materia, el artista siempre le precede…” (211), planteamiento con el cual nos deja ver que, desde su perspectiva, el artista le lleva la delantera al psicoanálisis porque va más allá y es en ese ir más allá, que se torna el síntoma de su tiempo, de su época. Decirlo desde ese lugar, implica que los espacios del arte, me sirven para mirar la contaminación de los cuerpos sobre los cuales se inscriben una infinidad de rostros que adquiere la violencia. Territorios del arte en los cuales la propia enfermedad de nuestra sociedad es puesta en escena; síntoma puesto en el cuerpo. Enunciarlo así, es causa del permitirme ser mirada por el acontecimiento del arte que, en mi caso, no es sino el acontecimiento de mi propio cuerpo violentado.
La posición que asumo es la de intentar bordear lo que excede lo representable, para evidenciar un síntoma cuyos rostros son las violencias que atraviesan el cuerpo, los cuerpos. Experimento las violencias como síntoma, miro a los cuerpos convertidos en espacios de tensión, a los márgenes de la escritura como topos en los que pulsiona lo Real, territorios desde donde se hace evidente el lugar de disputa, los mecanismos de control que echan a andar un sobre-ejercicio de poder, en síntesis pienso en la escritura, mi escritura, como litorales de eso que desde el psicoanálisis se denomina Lo real, punto de ominosidad y vacío que posibilita el decir, el nombrar, el hacer de litoral.
Señala Lacan, que la visión se escinde entre la imagen y la mirada. Mirada escindida que abre la brecha para convocar e invocar a los fantasmas y las violencias, esas que ya vemos sin mirar y que son las que bordean a los cuerpos. “Se dice que algo le mira (atañe) cuando requiere su atención.” (2018, p. 212). Pues bien, lo que me mira, lo que me atañe, es un arte en acto que da cuenta de una experiencia límite y cruel y el cuerpo que ha sido textualizado, inscrito, atravesado por entramados simbólicos que exhiben eso que está más allá: lo Real.
Obra referida
Lacan, Jacques. “Homenaje a Marguerite Duras, por el arrobamiento de Lol V. Stein”, en Otros escritos, Paidós, 2018.