SONIA VIANO
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“La vida no es otra cosa que muerte que anda luciendo”
Jorge Luis Borges
Para los fines de nuestra argumentación tomamos del texto “El malestar en la cultura” (1929), los tres vectores paradigmáticos : la hiperpotencia de la naturaleza, la fragilidad de nuestros cuerpos y el vínculo o lazo entre los sujetos.
Cierto es que dentro de ésta constelación pintan nociones como, la familia, el estado, la sociedad donde la cuestión adquiere su sentido más escabroso, el de hacer lazo con el Otro, lo que hace patente una hetrerogeneidad irreductible, asedio cuerpo a cuerpo y destellos que escapan de las palabras.
Al respecto del tema que nos interesa decidimos transmutar el título por otro que conjeturamos más propicio para este propósito, sería el que a continuación enunciamos: “TUMBA MAL CERRADA” Arte con psicoanálisis en sujetos en tiempos intempestivos.
Lo que nos lleva a decir que tiene sus resonancias con lo contemporáneo incluso con las rupturas epistemológicas dogmáticas de las certezas, del saber- saber.
En efecto, epistemologías disidentes que tienen concatenaciones e implicaciones, extremas, con los sujetos, con las ficciones neoliberales, con el crecimiento político de ultraderecha, la biopolítica, los migrantes, los despojados por las seducciones de la sociedad de consumo y de la hegemonía cultural.
Cabe señalar que es una lógica que implica y toma el arte disidente para trastocar y constituir un nivel estructural de diferenciación que distingua de lo universal así como del binarismo, éste una retórica colonial y por así decir, de la exclusión del otro.
Arte disidente,no binarista conmueve la estabilidad, lo invariable, el régimen violento de nuestra realidad que produce y efectúa la violencia del borramiento, (violencia epistémica). Romantización de la opresión y el gasto, la basura. Bien pareciera son los giros del plus de gozar, el goce fálico y el goce Otro, serían sus efectos.
Arte disidente con psicoanálisis podrían considerarse conceptos isomórficos. Que posibilitarán un reencuentro con la ruptura. Para escapar de la chatura moral. Registros del Goce y de lo Real.
Lo que nos lleva a decir que el arte contemporáneo sería un dispositivo, del mismo modo que el dispositivo analítco, que el dispositivo sujeto.
Un litoral de una constante topología que construye espacios para dar cuenta de las relaciones que constituyen el psiquismo y su manifestación de agujero.
Al tiempo, este dispositivo arte arropa la función de escapar del espectáculo y la industrialización, es un arte distópico, disonante que penentra al sujeto para mostrar sus visicitudes, sus horrores, sus desperdicios y destrozos. Efectos de narrativas liberales y neoliberales que están en la base del devenir contemporáneo de un yo modelado y dependiente.
Arte, psicoanálisis y cultura, entre ambos tejen, se va hilando algo que emerge siempre fuera de medida. Intempestivo.
Una marca, un trazo, una Escritura. Escritura como una estética de lo Real. Que a diferencia del significante que determina la tópica del sujeto y es su vía de determinación en el orden simbólico. La letra es un álgebra de lo Real. Como la letra petit @ inacesible, irrepresentable y no especularizable.
Pulsional, parcial, no especularizable.
Lo que nos interesa de estas postulaciones es que la Escritura es del campo de lo inmemorial.
Lo cierto es que éstos conceptos se comunican entre sí, partiendo de La Cosa -Das- Ding, que no tiene ni tendrá representación porque jamás será alcanzada, pero alrededor de la cual el deseo no dejará de girar. Nunca hay un acceso a La Cosa, salvo de manera ilusoria. Aquí vale la pena señalar que la problemática de La Cosa será desplazada en beneficio de la temática del Goce. Que paralelamente y lo nombramos en un estadio muy general, el Goce sería: El camino hacia lo mortífero.
Por otra parte tendríamos que evocar el concepto de Hiancia, una de las múltiples maneras de mencionar el vacío. Sería la Falta afirmada por el significante, en el orden simbólico, los vacíos son tan significantes como los llenos. Es la hiancia de un vacío la que constituye el primer paso de todo el movimiento dialéctico. En toda relación del sujeto con el Otro lo que se pone en juego es esta Hiancia.
El objeto @, La Cosa y la Hiancia son términos diferentes y complementarios. Donde La Cosa sería el punto de inicio del aparato psíquico, un núcleo primario un Inicio Mítico de la constitución subjetiva. El objeto @ el objeto lógico posterior a La Cosa que permite dar cuenta de una falta originaria de la cual La Cosa es su encarnación. Algo más que añadir es que el objeto @ encarna el obstáculo y lo sustituye fabricando un marco fantasmático.
Marco que deviene ficción, sujeto, producción, arte, acción. Desde ese núcleo inefable, ombligo insondable donde se montan las subjetidades, diversidad en la Cultura.
El inconsciente se monta sobre un agujero, el sujeto y la Cultura tambien. El arte es Escritura sobre el agujero, un arte como función, que da cuenta también del psiquismo y sus relaciones.
Con todo podríamos mencionar que el telón de fondo de todo este desmontaje es la Tyché que en el seminario 11 Lacan la pronuncia como el orden de lo Real, el “ encuentro con lo Real”vivido como un traumatismo que deja de ser simple falta del automatón. La Tyché en el centro de la ética. La Tyché como lo intempestivo.
Lo traumático esencia abismal, intempestiva que conforma a las subjetividades, cuestión tan éxtima, tan extrema, tan en la superficie a la manera de lo inconsciente que detona la explosión de lo más arcaico.
Queda bastante a la luz que tanto el psicoanálisis como el arte en éstos tiempos de esquicia, salvan del poder de la gloria de las políticas neoliberales, de esos cazadores en auge, desolladores de sujetos que clavan clavos sobre las cabezas, que cocinan brochette humanas, que el horror es singular y colectivo.Éxtimo.
Tiempos de desaparecidos en circulación. Un pozo, cemento y arena. Un hachazo en el tejido de las subjetividades. Reducidos “ todes” al papel de silenciosos y obedientes testigos del crimen.
Todo un entretejido entre lo Apolíneo y lo Dionisíaco. Como es sabido el primero más lineal, se lo podría hubicar del lado de la “ automatón” y el segundo en el territorio de la Tyché, otra lógica. Otro tiempo, un sonido sin memoria, separado de toda construcción, olvidado de lo que le precede y le sigue.
Todo un movimiento de errabundeo pulsional. Subjetivo, que desde la cultura resuena como un clamor y un golpe apagado.
Va de los tiempos remotos de la infancia profunda al dios imaginario que aflige en una compulsión sin palabras. No intercambio regulado.
El enfrentamiento al que se entregan las subjetividades, en los tiempos que nos son contemporáneos y los que fueron siempre, no los separa de un Goce perverso.
Ninguna escena pareciera tener sentido, ninguna progresa hacia un esclarecimiento o transformación. Los cuerpos son desgastados incesantemente, alterados, lacerados, siempre renaciendo la escena pasada. El ombligo infernal.
Una escena interminable como el lenguaje, capturado en su infinito. Adoración perpetua. Ago no cesa de no escribirse.
Muerte que anda luciendo, decía Borges….¿Luz siendo?.
Das-Ding, lo Real no cabe en la estructura. Se chorrea inmantando las subjetividades para asestar un sentido que no llega en el espacio de la palabra. Todo desorganiza y liquida. Herida mortal reducir al Otro al silencio. No se trata de un juego de ajedrez como decimos de vez en vez, pareciera que de lo que se trata es un juego intempestivo de sortija revertido. Aseguración de la omnipotencia en acto.
Pero cuando hablamos de acto, el psicoanálisis también es un acto que a diferencia de lo anteriormente dicho trabaja con lo Real, para enmarcar un sentido a los accidentes de la brusca agresión por el deseo.
El psicoanálisis diferencia, aquí la escena es una frase, que significantiza los mitos poderosos que han de sublimarse en la creación estética.
El psicoanálisis como lo que está obrando sobre las pasiones, creando un mundo que hace la escena fantasmática, hermoso paño de piruetas incosncientes, magníficos discursos.
En la aventura analítica es escribir para afrontar el embrollo entre lenguaje, cuerpo, cultura.Lenguaje demasiado y demasiado poco. Lo extremo siempre se anuncia. Dionisíaco.
El psicoanálisis es de lo patético, de lo peculiar, de lo que hace cultura. De lo que desencadena angustia. De una lógica inexorable del aparato psíquico. Del cambio de posiciones en el trozo de un tiempo cualquiera, no cronológico.
El arte es la puesta en obra del Fantasma en la creación. Donde el artista escribiendo en pinturas y actos lo que no puede decir la condición humana y su marca traumática que lo constituye en sujeto.
La idea que proponemos es que el psicoanálisis justamente de lo traumático original el arte también depende de la presencia de lo originalmente traumático, para que sea verdaderamente arte y el psicoanálisis verdaderamente clínica.
Ambos son similitud para la cura en tanto añadidura. Ambos están embardunados de la misma tensión.Ambos trabajan sobre lo siempre arde, como el carbón mal apagado. Sobre lo que se inflama y resurge. Tumba mal cerrada de la que retumba la economía del grito. La relación sexual No existe.
Referencias:
Freud,S, “ El mal estar en la cultura” (1929). Amorrortu.
Lacan, J, “ Fundamentos” Seminario 11, (1987). Paidós.
Lacan, J, “ Ancore” Seminario 20,(2007). Paidós.